Tras el cambio de gobierno el trabajo de los concejales del Partido Popular en el gobierno municipal ha estado centrado en transformar nuestra ciudad y en hacer una gestión en positivo para el conjunto de los vinarocenses.
Vinaròs tiene un gobierno que funciona, que está dando respuesta a los problemas que heredamos de los anteriores gobernantes y que está planificando el futuro de nuestra ciudad con ambición y ganas de avanzar.
Todo el mundo sabe que en nueve meses no se rompen inercias de casi nueve años. Todo el mundo reconoce que aquellas infraestructuras que no se han hecho en nueve años no pueden hacerse en nueve meses. Pero a pesar de estas evidencias los concejales del PSPV-PSOE siguen empeñados en poner trabas y en dificultar el progreso de Vinaròs. Nuestra ciudad no les interesa, solo crear crispación, miedo entre los funcionarios, zozobra entre las asociaciones, clubes y entidades, y seguir mintiendo a los vinarocenses sin importarles la verdad.
Los deportistas de Vinaròs vieron como durante casi nueve años de gobiernos del PSPV-PSOE no se construyó ninguna instalación deportiva nueva. Y esos mismos deportistas ven como en nueve meses ya está a punto de adjudicarse el proyecto para construir el nuevo pabellón polideportivo.
Las familias del Vilaplana escucharon a los socialistas hablar y prometer mucho que las obras se iniciarÃan pronto, y será este gobierno actual el que tras meses de trabajo licite las obras del Vilaplana para que la ampliación sea una realidad.
Los vecinos de la plaza Primero de Mayo o de la Torre Ballester han visto los nueve años de gobiernos socialistas como un periodo perdido. Hoy saben que está licitada la redacción del proyecto para transformar esa plaza y que el PAI de la Torre Ballester avanza también en la farragosa burocracia.
Somos un gobierno transformador y en positivo, que trabajamos con las ideas claras y para todos los vinarocenses. Un gobierno que sabe que no se puede perder más tiempo en discusiones estériles como las que plantea una oposición destructiva que Vinaròs no merece.