Un Ayuntamiento paralizado

Entrados ya en el mes de diciembre podemos afirmar sin temor a equivocarnos que el gobierno de PSPV-PSOE y Compromís está paralizado y perjudicando el presente y futuro de nuestra ciudad. La gestión municipal carece de proyecto y las actuaciones a salto de mata son la nota predominante.

El año 2023 finalizará sin presupuesto municipal, un hecho de extraordinaria gravedad para los que entendemos la gestión del Ayuntamiento como un servicio a los ciudadanos. Alsina ha preferido dejar pasar los meses, perder subvenciones, paralizar inversiones y frenar el desarrollo económico de nuestra ciudad. Pasará a la historia como el primer Alcalde que renunció a tener un presupuesto, que es tanto como renunciar a gobernar.

Finaliza 2023 y finalizará el periodo de siete años para gestionar los fondos EDUSI. La irresponsable gestión de Alsina en estos años ha ocasionado que se pierden millones de euros que fueron anunciados, pero nunca llegarán. Veremos en las próximas semanas como inversiones realizadas por el PP en la legislatura de Juan Bautista Juan se presentan a la Unión Europea para no perder todo el dinero.

El Centro social destinado a las políticas sociales y a las entidades de Vinaròs ha sido un fantasma. En el PP dijimos hace ya dos años que el Centro social no seria una realidad, nos dijeron de todo y nos acusaron de todo, pero el tiempo nos ha dado la razón.

Con la Vía litoral, esa zona verde, de fomento de las bicicletas y de mejora del medio ambiente, ocurre lo mismo. Es ahora momento de recordar como el concejal de urbanismo de la pasada legislatura, Marc Albella, nos acusaba de catastrofistas por decir la verdad. Hoy puede comprobarse que teníamos razón y que el fracaso del PSPV-PSOE y Compromís es mayúsculo.

Y si a eso le sumamos la pérdida de la subvención para la zona verde frente a la ITV, las decenas de subvenciones que ni tan siquiera se han solicitado en los últimos años y las que se han devuelto por no ejecutarlas, nos encontramos con una parálisis cuyo único responsable es el gobierno al que los vinarocenses retiraron su confianza en las elecciones del 28 de mayo. Vinaròs votó por un cambio y ese cambio, cada día que pasa, es más necesario.