En las páginas de opinión política de nuestro querido semanario puede leerse de todo, afortunadamente tenemos la libertad suficiente, aunque algunos siempre la consideren cicatera, para que todos los partidos, particulares y algunos “extraterrestres”, podamos expresar lo que pensamos sin ningún tipo de condicionante.
La pasada semana podíamos comprobarlo al ver lo variopinto de los artículos que allí se publicaban, entre los que podían leerse los grandes logros socialistas de las dos últimas, aunque incompletas, legislaturas. También quien revindicaba la lucha contra el exterminio de la lengua de un pueblo. Otros, siguiendo su línea habitual, que como el caballo de Atila y después de habernos dejado el pueblo como un rastrojo, siguen en su línea de arrasar con cualquier iniciativa u acción constructiva que sirva para mejorar o incluso únicamente paliar los efectos de las cicatrices que dejaron en el consistorio, en el paisaje urbano y en las arcas municipales. Algún “filósofo descontrolado”, se permitía el lujo de hasta especular con la vida privada del actual concejal de hacienda. Otro escrito nos hablaba desde la melancolía, de la tristeza que le produce ver como nuestra ciudad evoluciona con el tiempo. Y los que quedan, siempre mirando las “musarañas” y a su ombligo, ni por asomo se dan cuenta de aquella frase lapidaria que dice, “quien no aporta soluciones, forma parte del problema”.
Tan solo había una formación política, entre toda la “fauna” que componemos el Ayuntamiento, que hable de “Presupuestos 2013”. En este momento lo más importante que se cuece en la casa de todos, que desgraciadamente, por segundo año consecutivo y alguno más que está por llegar, no tendrá ni un solo céntimo destinado a partidas de inversión realizables.
Un año más que los vinarocenses satisfaremos nuestro impuestos, exclusivamente para pagar gastos, atender obligaciones y reducir deuda. Y esto es lo verdaderamente triste y lamentable. Es como una familia en la que todos trabajan y llegan justo a fin de mes, mal comidos y modestamente vestidos. ¿Quien puede hablar de ilusiones? ¿Quien piensa en proyectos? Se trata únicamente de sobrevivir y gestionar un dinero con prudencia y responsabilidad para evitar que la situación empeore.
Oiremos argumentos de toda clase a lo largo de este mes, pero lo que no esperamos en el PP es el mínimo ejercicio de sentido común, por parte de los grupos de la oposición, que respalde a quien tenemos la responsabilidad de gobierno, a tener la confianza de que estamos en el único camino correcto y posible.