El socialismo contemporáneo, ¿errante o errático?

Al hilo de lo que escribía la semana pasada  respecto a lo ocurrido en Ponferrada, caso patético donde los haya, con un final grotesco y de sainete, en el que por conseguir una alcaldía con el apoyo de un condenado por acoso sexual hacia una concejala, el PSOE se ha quedado sin grupo político ya que sus militantes han preferido darse de baja del  partido antes que renunciar a la alcaldía conseguida con una moción de censura. ¡Vaya pandilla de genios!

Pero ya no es sólo la cuestión de Ponferrada, son todos los casos que diariamente aparecen en los medios de comunicación, en los que se constata una y otra vez que nadie suelta su sillón, ni a las buenas ni a las malas. Primero el punto de inflexión se estableció al estar procesado, luego se subió el listón a estar imputado, ahora el Sr. José Blanco lo establece en el momento de que se le abra el juicio oral. El Sr. Romeu, ni se lo plantea, ya que según su socio de gobierno, el Sr. Balada, dice que el delito del Sr. Romeu no es otro que el haber aplicado el sentido común. Por lo visto, la ley de contratos del estado, en Vinaròs y para esos dos “craks” de la  política, se sustituye por la aplicación del sentido común. 

Hoy, la izquierda española no es otra cosa que una “caricatura” de la derechona más cutre, y vive más en el pasado que en el presente, por no hablar del futuro al que contempla como el espejismo de la tierra prometida por sus “profetas” y no como la tierra quemada que dejan sus dirigentes tras sus gobiernos.

Se mantiene gracias al  papanatismo contemporáneo de los ignorantes, y en algunos casos puntuales de encendidos pensadores ociosos que malgastan su tiempo en las redes sociales, ya que no tienen mejor ocupación que la de felicitarse a sí mismos por haberse conocido, al rencor de unos pocos resentidos, al clientelismo de los que siempre buscan ventaja, a la mentira como programa, y a la firme decisión que todo vale para conseguir el poder.

Y cuando lo consigue,  lo que mejor sabe hacer es malgastar y despilfarrar lo mucho o lo poco que encuentra en las arcas públicas, no hay más que recordar los años recientes del malogrado Zapatero, como encontró España al entrar y como la dejó el día que, más o menos forzado, decidió marcharse.  Pero sin ir tan lejos, tenemos el ejemplo en Vinaròs, como encontró las arcas municipales el Sr. Balada y como nos las dejó su socio de gobierno Sr. Romeu, bajo la batuta financiera del Sr. Beltrán, que consiguió en ocho años casi triplicar la deuda del Ayuntamiento. De diez millones consiguió alcanzar los veintisiete millones de euros de agujero. 

Pero si esto no fuese suficiente, en cuanto sale del poder lo que mejor sabe hacer es criticar la gestión de los demás,  y dar fórmulas magistrales para resolver los problemas que  ella  misma había creado.

En resumen, la izquierda en general pero el PSOE muy en particular, que presume de ética, ni siquiera llega a la estética de antaño, o mejor dicho de hace unos años, y se queda en estática, observándose el ombligo, dando lecciones y pretendiendo convencer a una sociedad que ya la ha rebasado por la derecha y que cada día se deja engatusar menos por esos cuatro iluminados que si se miraran al espejo no se atreverían a dar lecciones de nada ni a nadie.