Aterrizando

dom, 13 de enero de 2013
Setmanari Vinaròs. La columna de Tárrega. 12 de enero de 2013

Y digo aterrizando por qué es la palabra que mejor define el volver a poner los pies en el suelo.

Hemos iniciado un año nuevo y hemos aprobado los presupuestos municipales para este ejercicio, y la verdad es que sin utilizar la palabra “austeridad”, ya quien siempre hace lecturas torticeras de esta palabra, prefiero utilizar el término “aterrizar” pues creo que define con más exactitud la situación.

El importe de los presupuestos para el 2013 no llega a los veintidós millones de euros, y hace algunos años se aprobaban presupuestos que superaban los treinta y tres millones, es decir hemos tocado el suelo real de nuestras posibilidades. Somos teóricamente un treinta y cuatro por ciento menos pudientes que hace unos años, o lo que es casi lo mismo, somos un treinta y cuatro por ciento más pobres.

Y lo cierto es que por desgracia la realidad es la que es. Ya no se pueden presupuestar obras importantes, grandes infraestructuras o cualquier tipo de inversión que representase una mejora sustancial para Vinaròs y sus ciudadanos. No hay dinero, no hay financiación, no hay subvenciones que aligeren la carga de los gastos municipales o que mejoren sus ingresos para hacer esta clase de planteamientos, que hace unos años representaban una voluntad política de mejorar la ciudad. Hoy todo aquello no es otra cosa que una quimera.

El Ayuntamiento tiene que centrar su esfuerzo administrador en distribuir y gestionar el dinero público en el puro gasto imprescindible. Por orden de prioridades, con los ingresos posibles bien calculados, el dinero público ha de atender las nóminas, los servicios de limpieza y residuos, el  alumbrado, el mantenimiento de infraestructuras y la previsión de reparación de las  mismas. Debe de atender en segundo lugar sus obligaciones financieras, es decir devolver lo que ha tomado prestado con sus respectivos intereses y ya por último distribuir lo que quede, si queda algo,  en la acción social de todas las áreas que tiene el consistorio. Digamos fiestas, cultura, comercio, bienestar social, deporte, etc. etc.

De inversión ya ni hablo, esto quedo en la “cuneta de la historia” hace unos años. Lamentablemente y por desgracia,  en Vinaròs tenemos infraestructuras semi-acabadas o iniciadas que no podemos terminar o ni tan siquiera poner en marcha.

Que penoso resulta tener que admitir esto en un país que hace pocos años, se nos decía que estábamos en la “champions league” de la economía mundial, que nuestro sistema financiero era el más sólido de Europa, que habíamos dejado atrás a Italia y que íbamos a adelantar a Francia en crecimiento.

Hace no muchos años, nadie podía creerse que llegaríamos a los cuatro millones de parados y hoy vamos camino de seis, y lo que es peor, nunca podríamos haber imaginado que en menos de cinco años, algunos de nuestros vecinos estarían haciendo cola en las organizaciones benéficas para recibir algo tan básico  como puedan ser productos de alimentación. Que penoso, Dios mío.

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